Benavente a lo largo de su
dilatada historia ha reunido una serie de cualidades que han hecho de ella una
población singular: Importante nudo de comunicaciones; paso de rutas jacobeas;
rodeada de ríos con fértiles valles; una numerosa y variada actividad
artesanal; centro económico y comercial de un prospero territorio. Esto dio como resultado, que la entonces
villa de señorío de los Pimentel, fuera cantera de un asociacionismo, que al
amparo de la iglesia y con distintas advocaciones, fue característico de
aquella época.
En sus iglesias y conventos se
fundaron numerosas cofradías con los más
variados fines (gremiales, asistenciales, penitenciales, de devoción). El paso
del tiempo, la evolución de la vida y
las conquistas sociales que sustituyeron la caridad y la beneficencia por
derechos de los ciudadanos, dieron lugar a un vacío de contenidos; muchas de
estas hermandades desaparecieron o se trasformaron en sociedades de tipo
cultural.
La recuperación demográfica y
económica de villa de Benavente en los últimos años del s. XVII incrementaran
el comercio y la actividad laboral en el gremio textil con profesiones como
sastre, costurero, tejedor o sombrerero. Estos artesanos se asentaran
principalmente en la Parroquia de Renueva, que era la tercera en feligresía de
las diez que había en la villa. En su iglesia, dedicada a Santa María de la O, bajo la protección de Santa Lucia, fundaron una hermandad que defendería sus intereses.
Imagen de Santa Lucia
y altar en la desaparecida iglesia de Renueva.
Lucia de Siracusa: Nació
(283-304) en esa ciudad de la isla de Sicilia, en aquel tiempo provincia romana,
siendo emperador Diocleciano. Doncella de noble familia, fue acusada de ser
cristiana y sometida a varios martirios, para terminar siendo decapitada. La
iconografía, mas extendida, representa a Santa Lucia llevando en sus manos una
palma, símbolo del martirio, y un platillo con dos ojos, símbolo de la luz.
En algunos lugares de España se
mantiene el gremio de sastres y modistas, caso de Valencia, donde se fundo en
1247 en el reinado de Jaime I y en la actualidad realiza numerosas actividades
sociales, religiosas y culturales.
En el caso de Benavente poca es
la documentación, que por dejadez, abandono y, en algunos casos, por expolio
del patrimonio, ha llegado a nosotros sobre ese asociacionismo de hombres y
mujeres que de forma colectiva hacen frente a la vida y a la muerte. De la Cofradía
de Santa Lucia se conserva un conjunto de manuscritos cosidos, formando un
pequeño libro, con el titulo “Cofradía de
Santa Lucia fundada en la Parroquia de Renueva – Libro de traspaso de alhajas y
enseres (1851-1868)”.
Este antiguo documento nos
facilita información para hacernos una breve idea de esta cofradía.
Su finalidad era la de una hermandad
gremial de aquella época, prestarse apoyo, defender sus intereses, auxilio en
la enfermedad, acompañar a los hermanos en los últimos momentos de la vida y
preparar su funeral. Puede que en sus orígenes pertenecieran únicamente los hombres y mujeres del gremio textil, pero
con el paso del tiempo será una cofradía abierta a miembros de otros oficios y
parroquias, pues algunos de los nombres, que aparecen en los documentos citados,
no son feligreses de Renueva o se dedican a otras actividades; Esta
transformación a cofradías abiertas también se dio en otras, como fue el caso,
de la Cofradía de San Antonio de Padua en la parroquia de San Andrés.
Arca de la Cofradía
de Santa Lucia
Para su gobierno contaba con
Alcaldes, era el cargo más representativo y desempeñado por personas que
gozaran de cierto reconocimiento y prestigio. Mayordomo, encargado de la
administración y custodia de los bienes y propiedades. Abad de Servicio, tenía
una de las llaves del arca donde se guarda la cera y los objetos de la
cofradía. Vigario, encargado de avisar a los hermanos para los actos que se
organicen, reuniones y entierros.
Todos los años al día siguiente a
la festividad de Santa Lucia (13 de Diciembre) se hacia el relevo de cargos y
la entrega de los bienes.
Utilizando una antigua expresión,
tenía que ser una “cofradía de posibles” a la vista de la imagen, retablo, arca y demás enseres que han llegado
hasta nosotros.
La Santa protectora de la vista
es una escultura de bulto redondo en madera tallada y policromada con estofados
(s. XVIII); representada por una matrona romana de larga cabellera con corona
de flores que viste túnica y manto, con los símbolos del martirio en sus manos.
Fue restaurada por Carmen García Villarejo en 2009. Como dato anecdótico decir
que en los años 1972-73 la parroquia de Santa Lucia de Vigo intento comprar
esta imagen,
Transcripción del manuscrito de
traspaso de 1851.
“En catorce de Diciembre de esta año de 1851, se hizo entrega al
mayordomo Nicolas Martinez y Abad de Serbicio Julian Martinez de los enseres
que obran en el arca de la Gloriosa Santa Lucia. Setenta y seis zirios
incluidos los cuatro que tiene el Vigario. Cuarenta belas de todas clases y los
demás efectos que constan en las demás entregas”
En 1863 siendo Mayordomo Juan Serrano
menor; Abad de Servicio Celestino Martín; Alcalde Viejo Valentín Alonso. Se
citan como bienes:
3 tarjetas nuevas de plata con
sus varas y fundas (estas tres piezas se conservan).
Arca con cerradura nueva y llave que contiene un archivo con la escritura
de la fundación (se trata de un arca de grandes dimensiones con dos
cerraduras; el documento de fundación ha desaparecido).
3 tarjetas viejas de bronce con sus varas.
Un estandarte nuevo con su cajón (lo que indica que hubo otro
anterior).
Una lámpara con su vaso.
Una cortina que cubre la imagen. (Estos tres últimos objetos
citados no existen).
Tarjetas de plata. “Año 1863. Se hicieron estas siendo Alcaldes
Biejos Bruno Rojo y Agustín Fernández Valentín Alonso”
Actas posteriores hacen
referencia a otros bienes en paradero desconocido:
1865 “Se ace cargo el Abad de Servicio Esteban Gonzales de una pendoneta con
su cajon y dos estampas de la misma Virgen, una bordada en seda y otra pintada
en lienzo”
1866 “Un peso sin balanza… Una cruz de bronce”
1867 “Una cortina blanca, una lámpara al frente del altar, una vidriera en
el mismo altar”
Con los avances industriales en
materia de confección los oficios relacionados con el gremio textiles fueron
disminuyendo y sus hermandades perdieron
su finalidad y lentamente desapareciendo. Durante los años que en Benavente estuvo
abierta una industria textil, que daba empleo a buen número de obreros,
mayoritariamente mujeres, se conservo la tradición de asistir a la celebración
de una misa solemne que se celebraba a las doce de la mañana del 13 de
Diciembre en la iglesia de Renueva.
Imagen y altar en la
actual Capilla de Santa Lucia en la iglesia del Carmen
Demolida la iglesia de
Renueva en 1976, devoción y bienes
pasaron a la actual de Santa María del Carmen; años después de terminadas las
obras de esta iglesia se construyó una capilla anexa a la nave lateral derecha
donde se instaló el altar y la imagen de Santa Lucia.
Todas aquellas celebraciones han
quedado reducidas a un triduo en la Iglesia del Carmen; el ultimo día, que
coincide con la festividad, se da a besar a los fieles una reliquia de la Santa
que fue donada en 1936 por Ricarda Bobillo, perteneciente a la misma familia
que unos años antes donara la imagen de la Virgen de los Dolores a la Semana
Santa Benaventana.
Reliquia. Año 1936
Recientemente un grupo de mujeres unidas por su actividad de
costura y confección han creado una asociación
denominada “El Hondón” (ojo de la aguja) tomando como patrona a Santa
Lucia.
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