Por su actividad agrícola,
artesanal y comercial; por su situación
geográfica, como cruce de caminos; Benavente ha tenido desde antiguo numerosas
cofradías gremiales, asistenciales y penitenciales. Estas últimas destinadas a
ensalzar y dar culto a la Pasión de Jesucristo; su manifestación externa
durante la Semana de Pasión serán las procesiones en las que distintas imágenes
“pasos” representan momentos de la Pasión según los relatos evangélicos.
Las órdenes mendicantes en su
afán de dar a conocer al pueblo la muerte y resurrección de Jesús fueron
los impulsores en la creación de
cofradías. Benavente tuvo en tiempos pasados importantes casas de órdenes mendicantes
como Franciscanos, Dominicos y ya en el s. XX Carmelitas: Aquí seria la Orden
Franciscana la principal promotora de la formación de cofradías penitenciales.
En el Convento de San Francisco, fundado hacia 1270, tendrá su origen la Cofradía de la Santa Vera Cruz y será sede de
la hermandad entre 1516 (demolición de la ermita que había en lo que hoy ocupa
el Hospital de la Piedad) y 1679 (construcción en las afueras de la Villa,
frente a la Puerta de Santa Cruz, de la capilla de su nombre, hoy Ermita de la
Soledad). En la capilla mayor de este convento franciscano, uno de los
principales de la orden, tendría su panteón los Condes de Benavente. Fue pasto
de las llamas en Enero de 1809 durante la ocupación de las tropas de Napoleón.
El historiador local D. José
Ledo del Pozo (nació en Benavente el 29 de Octubre de 1753, bautizado en la
iglesia de Santa María de Renueva y murió en 1788 en el pueblo leones de
Carracedelo) en su obra Historia de la Nobilísima Villa de Benavente (publicada
en Zamora 1853) cita como cofradías penitenciales en la Villa: la de la Cruz,
dice ser la mas antigua; la de Jesús Nazareno y la del Santo Entierro.
Libro de actas de
1943 y original del acta nº 1
Mas recientemente, en 1943,
entorno a la Parroquia de Renueva, un grupo de veinticuatro personas formado
por hombres jóvenes, pertenecientes a la industria, comercio, cultura y
política local; movidos por nobles ideales basados en la moral y fervor
religiosos, acuerdan en una reunión celebrada el uno de Abril de ese año la
fundación de una asociación de caballeros de acuerdo con el Código Canónico y
bajo la autoridad del ordinario de la Diócesis. La Hermandad tomara el nombre
de Cofradía del Santísimo Cristo de la Salud, popularmente conocida como
Cofradía del Silencio en alusión al juramento de silencio que hacen sus
cofrades durante la procesión.
En esta reunión fue elegida por
votación la primera junta directiva:
Presidente: Enrique de la
Huerga Alonso.
Vicepresidente: Salvador
Gay García.
Secretario: Francisco
Gómez Juárez.
Tesorero: Candido Allen
Allen.
Vocales: Juan Carbayo
Otero.
Luis Llorden Díaz.
Para nombrar Hermano Mayor, en
ese primer año de 1943, se quiso hacer por votación, ofreciéndose Arturo Roldan
Prieto, los asistentes aceptaron el ofrecimiento.
A esta primera junta se le
encomienda la confección, a la mayor brevedad posible, de los estatutos por los
que se regiría la Hermandad; cosa que hizo, presentando los estatutos a los
hermanos el día 19 de Abril de 1943, aprobándolos por unanimidad y acordando su
envío a Oviedo para ser visados por el Obispado. En aquellos años Benavente
pertenece en lo eclesiástico a la Diócesis de Oviedo, que tiene en la ciudad un
tribunal eclesiástico denominado Vicaria
de San Millán de la que era Vicario-juez
D José Ordóñez Méndez, delegado
eclesiástico en la cofradía el año de su fundación y con su orientación se
redactaron los primeros estatutos. Será en 1954 cuando Benavente es incorporada
a la Diócesis de Zamora.
Libro de Registro
donde aparecen los 24 nombres de los fundadores
A los ocho días de esta fundación
se compran las primeras túnicas a un establecimiento de Zamora entregando cada
hermano 200 ptas. , una aportación de
extraordinaria de 10 ptas. y fijan una cuota de 3 ptas.
La nueva cofradía desfilo por
primera vez en la noche del Miércoles Santo de 1943. Una treintena de cofrades
trasladaron en procesión la imagen del Cristo de la Salud desde la iglesia de
Santa María de Renueva por C/ Renueva, C/ Zamora, Pza. Núñez Granes (Corrillo
San Nicolás), C/ José Antonio (C/ La Rua), Pza. Calvo Sotelo (Pza. Santa María)
entrando en la Iglesia de Santa María, donde se entonó un miserere, para a
continuación regresar a al templo de origen por Pza. Calvo Sotelo (Pza. Santa
María), C/ Obispo Regueras (C/ de los Herreros), C/ Cortes Leonesas, Pza.
España (Pza. Mayor), Pza. Gonzalo Silvela (Pza. del Grano), C/ Cervantes y C/
Renueva. La prensa local del momento destaco la buena impresión causada en el
pueblo por el entusiasmo y fe de sus jóvenes componentes.
“Verdadero Retrato de Vendito Cristo de la Salud, como se
venera en su Iglesia de Sta. María de Renueba de la Villa de Benavente
Los comienzos fueron duros
teniendo en cuenta la situación social y económica que en aquella época se vivia,
tras la reciente terminación de la contienda civil (1936-1939) y del
enfrentamiento bélico que en ese momento se desarrollaba a nivel mundial
(1939-1945). Con esfuerzo e ilusión se fueron superando las dificultades y la
cofradía fue creciendo e implantándose. También fue necesario adaptar las
celebraciones de la Semana Santa benaventana, hasta entonces centrada en el
Jueves y Viernes. Por aquellos años en la tarde de Miércoles Santo se celebraba
la procesión de las Angustias que saliendo de la Ermita de la Soledad subía por
C/ General Mola (Sta. Cruz), Pza. Gonzalo Silvela (Pza. del Grano), C/
Encomienda para entrar en la Iglesia de San Juan donde se hacia la reverencia a
la Virgen, saliendo a la Pza. España (Pza. Mayor) se encaminaba hacia la
Iglesia de Santa María, donde terminaba. Esta procesión había sustituido a la
subida de los pasos; en la Ermita de la Soledad se guardaban la mayoría de los
pasos de la Santa Vera Cruz y Santo Entierro, y el miércoles se subían por la
calle Santa Cruz hasta la Plaza Mayor donde se dividían en dos: una parte hacia
la cercana Iglesia de San Juan y la otra hacia Santa María.
Era ya como la hora sexta, y las
tinieblas cubrieron toda la tierra hasta la hora nona, oscureciéndose el sol y
el velo del templo se rasgo por medio. Jesús dando una gran voz, dijo: Padre en
tus manos entrego mi espíritu; y diciendo esto, expiró. San Lucas (23, 44-46)
Desde su fundación la imagen
titular y bajo cuya protección esta la Cofradía es el Santísimo Cristo de la
Salud; talla en madera de nogal policromada de 135x130 cm., obra anónima del s.
XVI, de caracteres góticos, advocación de Cristo crucificado; su delgadez y
agonía nos trasmiten el dolor y sufrimiento de la muerte en la cruz. De gran
devoción entre los benaventanos, se encontraba en aquel tiempo en la iglesia
Parroquial de Santa María de Renueva de la que era párroco D. José Gutiérrez.
Uno de los actos más emotivos
era el juramento de silencio ante el
Cristo de la Salud, previo al desfile procesional, que los hermanos realizaban
en el pórtico de esta iglesia hasta su desaparición. Hoy día este juramento se hace
en el altar mayor de la iglesia de Santa María del Carmen de Renueva nuevo
templo en el cual se han reunido las dos devociones más extendidas en
Benavente; esta del Cristo de la Salud y la de Nuestra Señora del Carmen
procedente, de la también desaparecida, Iglesia de San Andrés.
Entrada de la desaparecida Iglesia de Santa María de Renueva
en los años de su demolición y restos del atrio donde se hacia el juramento de
silencio
En 1944 se acuerda nombrar
Hermano Mayor por riguroso orden de lista, siendo para este año Teodoro Diez
Sanz. Se imprimen los estatutos para entregar copias. Juan Carbayo Otero y Luis
Llorden Diez serán los representantes de la cofradía en la Junta Pro-Fomento.
Se nombra Delegado Eclesiástico a D. José Gutiérrez, cura párroco de la iglesia
parroquial de Santa María de Renueva. Luis Lorden se encargara de pedir
presupuestos para la compra de estandartes y varas que serán costeadas por cada
hermano.
En la Semana Santa de 1945 se celebró, en los últimos tres
días de la novena al Cristo de la Salud, un Triduo con sermón con cargo a la
Cofradía. Este acto viene celebrándose, desde entonces, el Lunes, Martes y
Miércoles Santos
Imagen de Jesús
Flagelado en la portada del programa de 1954. Año de su inauguración.
Por primera vez el 14 de Marzo de l946 se trata sobra la compra de un segundo paso
que acompañe a la imagen titular y que su importe sea pagado por la Junta
Pro-Fomento (en esta junta estaban representadas todas las cofradías; llegó a
desaparecer; y se puede decir que fue la antecesora de la Junta Pro-Semana
Santa que se creo oficialmente en 1995). Antonio Llamas Ibañez y Candido Allen
Allen serán los encargados de gestionar la compra, presentando un una reunión
posterior distintos catálogos, pero no se toma acuerdo alguno
El deseado paso legara en 1953,
cuando se le encarga la imagen de Nuestro Señor Flagelado al joven artista
local José Luis Alonso Coomonte, que cursaba estudios en la facultad de Bellas
Artes de Madrid. Tallada en madera de pino ruso representa a Cristo atado a la
columna en el momento de ser azotado. El artista recibió por el trabajo la
cantidad de 7.500 ptas. Salió por primera vez en procesión acompañando a la
imagen titular de la Cofradía el Miércoles Santo de 1954, causando grata
impresión a la población. El miércoles 14 de Abril de ese año la prensa local
hizo la siguiente reseña: Por primera vez sale en procesión la bella imagen de
Jesús Atado a la Columna, obra magníficamente realizada por el joven escultor
de esta ciudad José Luis Alonso Coomonte. En ese año era Presidente Teodoro
Diez Sanz (1949-1957) y Hermano Mayor Candido Allen Allen. El periodista,
nacido en Benavente, José Aurelio Valdeon, escribió de esta imagen: “La
expresión de la cara es aceptación amorosa del dolor; toda la musculatura, tanto
facial como la del resto del cuerpo, esta tensa, lograda planamente en un
perfecto estudio de la anatomía humana.”
Jesús Flagelado, obra
realizada por el escultor local José Luis Alonso Coomonte.
Tomo entonces Pilato a Jesús y mandó azotarlo. Y los
soldados, tejiendo una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le
vistieron un manto púrpura y acercándose a El, le decían: ¡Salve rey de los
judíos!; y le daban bofetadas.
(San Juan 19, 1-3)
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