Estrella del mar,
estrella de la mañana. Así rezaba Simon Stock a la Madre de Dios cuando su
Orden atravesaba duros momentos.
En
estos días de verano, cuando el calor
aprieta y los labradores recogen la mies, las gentes de estas tierras de
interior tienen una cita con una Virgen de vocación marinera.
Si
a lo largo de todos los días del año son numerosas las visitas a la iglesia de
Nuestra Señora del Carmen de Renueva, en estos días, desde que el pasado Jueves
día 7 diera comienzo el novenario a la Virgen Carmelita, cientos y cientos de
fieles y devotos llenan su iglesia en las tres celebraciones que a lo largo del
día se realizan (a las 8 y 9 de la mañana, y 8 de la tarde).
Un
año mas se cumplió la tradición y el rito; las camareras
de la Virgen la han adornado con sus mejores galas y luce con todo sus
esplendor sobre las bellas andas que hábiles manos tallaron sobre madera de
nogal.
Un
“algo” un toque maestro tuvo que dar D. Ramón
Álvarez a esta obra suya para que ese dulce rostro de mejillas sonrosadas
atraiga, seduzca y enamore a las gentes de cualquier condición y edad. A diario
vemos personas de dentro y fuera quedarse fijos, extasiados frente a esa cara angelical que trasmite paz,
sosiego y ternura maternal.
No
es de extrañar que D. Gregorio Martínez Sacristán, actual Obispo de Zamora, en
los años que ha asistido a la festividad, se haga en voz alta la pregunta ¿De
donde la viene a Benavente tanta devoción a la patrona de las gentes del mar?.
Añeja
es esta devoción en estas latitudes; antes con la Virgen entronizada en el
altar mayor de la desaparecida iglesia de San Andrés donde se fundo su cofradía
en el s. XVII; eran tiempos de cirios, velas, repiqueteo de campañas y hábitos de
marrón carmelitano; hoy en la nueva iglesia
de su nombre; en la era de las tecnologías, su rostro resplandece iluminado por
lámparas led y lampararios electrónicos. Nuevas formas, otros tiempos, pero
la devoción de un pueblo transmitida de generación
en generación se mantiene intacta sostenida y alentada por sabia joven.
Desde
la llegada, en siglo XIII, de los carmelitas a los reinos cristianos de España
la Orden y la devoción a su Virgen se extendió con rapidez por toda la
península. En nuestro caso, como explicaba el Padre Albano García Abad (+2006),
carmelita descalzo de la Provincia de Burgos, estudioso de la Orden, la
expansión del amor a su Virgen por aquella villa de Benavente y sus merindades se
debió a la labor evangelizadora de la comunidad del desaparecido convento que
había en pueblo leones de Valderas.
Este
año luce junto a la Virgen un antiguo estandarte, aparecido a finales del
pasado año entre enseres de la antigua iglesia de San Andrés. Era desconocido
para los cofrades de mayor edad, lo que hace suponer, a las vista de su confección,
que se trata de una obra realizada a finales del s. XIX. En el lienzo de forma
oval, que esta enmarcado por un rico bordado en oro, aparece la Virgen sobre
las antiguas andas.
Las
religiosas pasionistas del Monasterio de Santa María Magdalena de Oviedo
(Asturias) han realizado un delicado y minucioso trabajo de restauración
devolviendo a este bello estandarte todo su valor. Los gastos de esta
intervención han sido costeados íntegramente con fondos propios de la Cofradía.
Antiguamente,
cuando había más identidad de barrio, ciertas familias tenían por costumbre,
una vez terminada la procesión, repartir entre los asistentes refrescos y
dulces; esto con el tiempo se perdió y hace unos años esta tradición ha sido
recuperada por la Hermandad.
Los
actos programados para el Sábado 16, día de la festividad de la Virgen, darán comienzo
a las 7 de la mañana con el Rosario de la Aurora que partiendo de la iglesia
del Carmen llegara hasta los paseos de la Mota, donde el aroma de sus jardines
y la fresca brisa de la mañana despertaran nuestros sentidos, mente y espíritu;
ya en la iglesia se celebraran las misas de la mañana (a las 8 y 9)
Por
la tarde, a las 8,30, tendrá lugar la solemne celebración eucarística, cuya
homilía correrá a cargo de D. Agustín Montalvo Fernández, párroco en el
zamorano barrio San Lázaro. Para terminar con la tradicional procesión en la
que participan numerosos fieles por las calles de la parroquia.
El
Domingo 17, y para cumplir con lo que ordenan los estatutos, a las 6 de la
tarde se celebrara la misa de difuntos por todos los cofrades fallecidos.
Junto a la imagen de la Virgen el estandarte
recientemente restaurado.
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