Se trata de una
imagen barroca del s. XVII de autor desconocido, de tamaño natural (180 cm.) y
peso considerable, en madera de nogal tallada y policromada. Viste habito
carmelita, con manto blanco de mediana longitud, forrado en rojo, rematado en
su contorno con una cenefa lisa en oro. La cabeza cubierta con un blanco
pañuelo del que sobresale una larga cabellera que cae sobre los hombros.
La rigidez
expresiva del rostro de la Madre contrasta con la viveza y alegría del Niño que
nos trasmite la sensación de querer escaparse del brazo derecho que lo
sustenta; de su mano izquierda cuelga un escapulario, símbolo de la entrega
hecha al carmelita Simón Stock. Sobre su cabeza descansa una corona imperial de
doce estrellas construida en latón y bañada en oro. La imagen se levanta sobre
una simulación de nube de la que sobresalen las cabezas de tres angelitos.
Al valor
histórico-artístico atribuido por los técnicos se le une el valor sentimental,
al ser la primitiva imagen titular de la cofradía que, en su honor, se fundó en
la iglesia de San Andrés en 1675.
Hacia 1875 fue
sustituida por la actual, obra del imaginero zamorano Ramón Álvarez Moretón y
donada por el que había sido Alcalde de Devoción de la Cofradía en 1834, Diego
Pascual Oliveros. A principios de los años 30 del pasado s. XX, esta talla que
se encontraba retirada en la iglesia de San Andrés, fue trasladada, siendo
párroco D. Julián Fernández Diez, a la de Renueva, colocándola a la derecha del
altar mayor bajo un dosel que actualmente se conserva. Desde la demolición, en
1976, de la iglesia de Renueva ha estado recogida en dependencias parroquiales
de la iglesia del Carmen.
La restauración de
la talla ha sido realizada por la licenciada Ana Prieto Martin y la corona por
el joyero zamorano Dionisio Alba.
Un antes y un después
de la restauración.
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