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sábado, 21 de agosto de 2010

CERAMICA DE PERERUELA


Hoy sábado 21 de Agosto se celebra en el pueblo zamorano de Pereruela ALFARERUELA, la II Feria de Alfarería de Pereruela . Con motivo de tal acontecimiento damos unas pequeñas pinceladas del la singular cerámica de este pueblo.

Pereruela pueblo situado a unos 15 km. de Zamora capital, en la carretera de Fermoselle, perteneciente a la comarca natural de Sayago. En la actualidad tiene una pujante industria alfarera que hunde sus raíces en los tiempos antiguos. En el Diccionario de Madoz (1850) se cita la dedicación de sus vecinos a esta actividad y la calidad de sus barros que endurecen con el fuego. Joaquín de Barco en Historia de Zamora en Cantares (1898) hace esta coplilla:

La pizarra, de Losacio

de Sanabria las maderas,

la piedra de Sobradillo

y el barro de Pereruela.


Ayuntamiento de Pereruela


Hasta el siglo XX ha sido una actividad (junto con Moveros) exclusiva de las mujeres quedando los hombres para tareas complementarias como la extracción del barro o la cocción.

La materia prima es una mezcla de arcilla de color rojizo que se recoge de sus campos de labor y caolín (arcilla blanca) que se extrae de la zona conocida como “Barreras”.

Su preparación consiste en hacer un hoyo rectangular en el suelo donde se ablanda con agua la arcilla roja, seguidamente se envuelve con el caolín y finalmente se amasaba y retiraba los “chinos” (piedras) mas grandes.

Piezas cerámicas de Pereruela


La técnica de fabricación utilizada es la mas antigua y rudimentaria “Urdido” que consiste en unir rollos “churros” mas o menos gruesos formando el fondo y sobre este asentar otros churros para levantar las paredes de la pieza.

Se emplea también la rueda o torno bajo (semejante al de Moveros pero no igual) que las mujeres trabajan de rodillas y mueven con la mano.

Hornos y tinajas secándose al aire libre

Una vez sacados al aire, se esmaltaban y finalmente se cocían en hornos, que podían ser de dos tipos: El horno bajo, que era el mas simple, consistía en hacer un hoyo cilíndrico en el suelo de unos 50 cm. de profundidad; y el horno alto que comienza a utilizarse en los años 20, ambos utilizan como combustible la leña.

Entre las rudimentarias piezas de gruesas paredes destaca la cazuela redonda o alargada (asador), últimamente tiene gran aceptación los hornos de leña, también se fabrica pucheros, platos chuleteros, asadores rectangulares o tinajas.

Cazuelas, asadores rectangulares y platos chuleteros


Esta artesanía que ha estado a punto de desaparecer (el profesor Luis Cortes en su libro “Alfarería Popular del Reino de León” (1976) pone en duda su pervivencia, las jóvenes no quieren ser “cacharreras”) ha logrado la supervivencia de la tradición manteniendo las viejas técnicas pero realizando importantes avances en el trabajo.

En la actualidad el pueblo cuenta con l3 industrias dedicas a la fabricación y comercialización de los “cacharros”.

Los tornos bajos han sido sustituidos por tornos altos metálicos para trabajar sentados y moverlos con el pie.

La preparación del barro que se hacia mediante el “pisado”, hoy se emplean maquinas que mezclan y amasan las arcillas roja y blanca.

El secado y cocción no depende de las condiciones climatologicas; el secado se puede realizar en salas acondicionadas y la cocción en hornos industriales de gasoil.


lunes, 16 de agosto de 2010

ROMANCES DE ZAMORA -6-


El tercero en la batalla sería Rodrigo Arias, que antes de caer muerto, con un golpe de espada alcanza el caballo de su oponente, que desbocado lo saca de los limites del campo de la verdad y al regresar a pie, para combatir con el cuarto hijo, los jueces no lo permiten por haber abandonado el campo.
Entrada al Castillo de Zamora desde la torre del homenaje, al fondo a la derecha el cimborrio de la catedral

ROMANCE XIX

(Entierro del joven Fernando Arias, hijo de Arias Gonzalo y del luto de las doncellas zamoranas por su muerte)

Por aquel postigo viejo
que nunca fuera cerrado
vi venir pendón bermejo
con trescientos de caballo,
en medio de los trescientos
viene un monumento armado,
y dentro del monumento
viene un cuerpo de un finado
Fernán d'Arias ha por nombre,
fijo de Arias Gonzalo.
Llorábanle cien doncellas,
todas ciento hijasdalgo;
todas eran sus parientas
en tercero y cuarto grado,
las unas le dicen primo,
otras le llaman hermano,
las otras decían tío
otras lo llaman cuñado.
Sobre todas lo lloraba
aquesa Urraca Hernando,
¡y cuán bien que la consuela
ese viejo Arias Gonzalo!:
—Calledes, hija, calledes,
calledes, Urraca Hernando,
que si un hijo me han muerto,
ahí me quedaban cuatro.
No murió por las tabernas
ni a las tablas jugando,
mas murió sobre Zamora,
vuestra honra resguardando.

(Este romance cita “…vi venir pendón bermejo…” bandera de la ciudad sobre la que Fernando IV de Castilla ato su fajín en la batalla de Toro en 1476)


(1) Puerta del castillo y Catedral desde la torre del homenaje año 1930

(1) Imagen tomada de Memoria grafica de Zamora obra editada por la Opinión-El Correo de Zamora en el año 2000 con el patrocinio de la Junta de Castilla y León y Caja España.

lunes, 9 de agosto de 2010

ROMANCES DE ZAMORA -5-


Ante el reto de de Diego Ordoñez el anciano Arias Gonzalo decide enfrentarse junto con sus cuatro hijos mayores, Urraca lo convence para que deje sus lugar a otro, exigiendo tal honor su hijo menor que caerá muerto en el enfrentamiento.
Puerta de Olivares

ROMANCE XVIII

(Como el anciano Arias Gonzalo se arma para el reto de los castellanos, Dª Urraca le ruega que no lo haga y que ceda su lugar a otro caballero, pidiendo tal honor su hijo Fernando)

Tristes van los zamoranos metidos en gran quebranto;
retados son de traidores, de alevosos son llamados;
más quieren todos ser muertos que no traidores nombrados.

Día era de san Millán, ese día señalado,
todos duermen en Zamora, mas no duerme Arias Gonzalo;
aún no es bien amanecido que el cielo estaba estrellado,
castigando está a sus hijos, a todos cuatro está armando,
las palabras que les dice son de mancilla y quebranto:
—Yo he de lidiar el primero con don Diego el castellano:
si con mentira nos reta, vencerle he y hágoos salvos;
pero si cualquier traidor hay entre los zamoranos,
y él nos reta con verdad, muerto quedaré en el campo.
Morir quiero y no ver muerte de hijos que tanto amo.

Las armas pide el buen viejo, sus hijos le están armando,
las grebas le están poniendo; doña Urraca que allí ha entrado,
llorando de los sus ojos y el cabello destrenzado:
—¿Para qué tomas las armas? ¿Dónde vas, mi viejo amo:
pues sabéis, si vos morís, perdido es todo mi estado?
¡Acordaos que prometistes a mi padre don Fernando
de nunca desampararme ni dejar de vuestra mano!

Caballeros de la infanta a don Arias van rogando
que les deje la batalla, que la tomarán de grado;
mas él sólo da sus armas a su hijo don Fernando:
—¡Dios vaya contigo, hijo, la mi bendición te mando;
ve a salvar los de Zamora; como Cristo a los humanos!

Sin poner pie en el estribo don Fernando ha cabalgado.
Por aquel postigo viejo galopando se ha alejado
adonde estaban los jueces, que ya le están esperando;
partido les han el sol, dejado les han el campo.

Parque del Castillo