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lunes, 3 de junio de 2013

LA TRINIDAD - IGLESIA DEL CARMEN



El dogma fundamento del que todo parte en el cristianismo es la Trinidad, tres personas distintas y un solo Dios verdadero.
El dogma de la Santísima Trinidad siempre fue motivo de discusión, de examen y opiniones opuestas, siendo la causa de la separación de los cristianos de oriente y de los cristianos de occidente (Cisma de Oriente, 1054).
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento aparecen citas que hacen referencia a la naturaleza de la trinidad de Dios.
Cristo a lo largo de su vida pública hizo numerosas referencias al Padre y al Espíritu.
La iglesia Católica utiliza numerosas afirmaciones del dogma al nombrar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
 La Trinidad en su emplazamiento del retablo mayor de la iglesia de Renueva 


En el año 215 Tertuliano utilizara la palabra trinidad (trinitas) para definir que los tres son uno porque los tres proceden de uno.
El primer concilio que trato el Dogma de la Trinidad fue en Nicea (325), posteriormente en el de Constantinopla (381) se afirmo que la Trinidad son tres personas distintas pero un  solo Dios, por lo que es considerado misterio de fe. Seria ratificado en el Concilio de Calcedonia (451) sin alterar lo aprobado en Nicea.
La representación conjunta de las tres personas conforma La Trinidad. Esta representación fue controvertida desde un principio, ya que en el Antiguo Testamento aparecen prohibiciones que limitaban a los primeros cristianos plasmar la Divinidad. Con el tiempo los artistas podrán tratar el tema tomando como inspiración La Biblia, la liturgia y las explicaciones doctrinales para crear imágenes respetando el dogma.
¿Cómo dar forma física a un ser abstracto, invisible e infalible que es uno y trino?
Encontrar una imagen representativa del Dogma de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) un único Dios con tres hipóstasis (personas) no fue tarea fácil.
En los primeros siglos se utilizaron símbolos para representar el misterio (triangulo, esfera, círculos). Años más tarde aparece alguna representación en forma humana. Hasta el s. XII a Dios Padre se le represento por una mamo derecha (símbolo del poder divino) que sale de las nubes; en los s. XII y XIV aparecerá un rostro y un busto y a partir del s. XV es representado por un anciano portador de ornamentos papales.
El Hijo unigénito, Cristo (Dios y hombre) hasta el s. XII es representado por la cruz, por un cordero o por un hombre joven; hasta el s. XVI lo representa un hombre con barba, en la plenitud de la vida; en el siglo XVIII a esta figura humana se le añade el símbolo de la cruz.
La representación del Espíritu Santo ha pasado por varias interpretaciones: en un  principio por una paloma con las alas extendidas; en el siglo XI aparece la figura de un niño; en el s. XIII por un adolescente; en el XV por un hombre con una paloma para  distinguirlo de las otras dos personas. A partir del s. XVI se tomara nuevamente la paloma como representación exclusiva del Espíritu Santo.
En la Edad Moderna la representación del Dogma de la Trinidad aconsejada y aceptada por la iglesia a partir del papa Benedicto XIV (1740-1758) fue la que  presenta a Dios Padre bajo el aspecto de un anciano, a Cristo y al Espíritu Santo con apariencia de paloma. 

Pintura sobre el bautismo de Jesús en la bóveda del ábside central de la iglesia de San Juan del Mercado de Benavente

Entre los precedentes iconográficos de la Trinidad esta el bautismo de Jesús. Para el historiador e iconógrafo francés Louis Réau hay un paralelismo entre la Trinidad y el bautismo  en el que aparece el Padre (representado por un anciano) en el cielo, en el centro la paloma representando al Espíritu Santo que desciende de los cielos y Cristo representado por un hombre de mediana edad en las aguas del río Jordan recibiendo el bautismo de agua de manos de Juan.
Uno de los objetivos de D. Tomas Calero Aparicio, desde su llegada a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Renueva, ha sido conservar y restaurar el valioso patrimonio que procedentes de las desaparecidas iglesias de San Andrés y Santa María de Renueva se encuentra tanto expuesto al culto como en las dependencias parroquiales.
La última obra recientemente intervenida ha sido el conjunto escultórico de la Santísima Trinidad perteneciente al retablo de la que fue iglesia parroquial de Santa María de Renueva y que fue demolida hacia 1970.
Este retablo se localizaba en el altar mayor, sin estilo definido es del s. XVII (1642) obra de Fernando de Robles y dorado por Pedro y Lucas de Ávila, estaba dedicado a la Natividad y lo formaban tres cuerpos; en el primero estaba un valioso sagrario tallado en madera y dorado por fuera y por dentro, después de su restauración fue instalado en la Iglesia del Carmen.
En el cuerpo central una hornacina alojaba a la Virgen de la O,  imagen titular del templo, a los lados dos grandes lienzos que representaban La Natividad (izquierda) y La Anunciación (derecha).
En el cuerpo superior el grupo escultórico de la Santísima Trinidad enmarcado por dos tablas.


La Trinidad después de su restauración. Expuesto en la Iglesia del Carmen


Este grupo escultórico realizado en madera policromada con las figuras del Padre y del Hijo situadas en un mismo plano horizontal sobre una peana rectangular responde a los cánones de su época.
Dios Padre es representado por un venerable anciano sentado, de largo pelo y barba blanca, tocado con una especie de birrete de inspiración oriental con una sola corona, con manto de gruesos pliegues y tunica; con su mano derecha sujeta la bola del mundo que descansa sobre su rodilla y es rematada por una cruz, la esfera es la representación del mundo y es símbolo de la creación.
La segunda persona, Cristo situado a la derecha del Padre esta representado por un hombre en la plenitud de la vida, con barba negra partida en dos, con tunica y mato. El reconocer visualmente esta figura encontramos dos hendiduras: una en la parte posterior de la cabeza que hace suponer que originariamente tenia nimbo (circulo luminoso alrededor de la cabeza) que solía ser crucífero exclusivo de la divinidad y era una cruz de brazos iguales inscrita en circulo. La otra en la pierna izquierda lo que hace pensar, junto con la posición de su brazo izquierdo que era portador de un libro abierto o cerrado que representaban generalmente  los evangelios.
El Espíritu Santo, la tercera persona, es representada por una paloma con las alas extendidas y colocada en un plano superior entre el Padre y el Hijo.
Es singular en esta representación la presencia de dos cabezas de querubines sobre las que descansan uno de los pies del Padre y el Hijo. A los querubines se les consideraba los guardianes de la gloria de Dios.
En otras variantes el Padre aparece coronado con la Tiara símbolo papal, con nimbo triangular exclusivo de la persona del Padre, con vestiduras blancas, con cetro o portando en su mano izquierda el libro de la sabiduría.
El Hijo, en algunas representaciones, es portador de la cruz e incluso muestra las llagas de su pasión.
En algunos casos la esfera, representación del orbe, aparece apoyada en el suelo entre ambas figuras y sobre ella descansan la cruz de Cristo y el cetro del Padre.
La labor restauradora ha sido obra de Ana Prieto Martín y Ángel Pintado García que con su buen hacer han sacado a la luz lo que el tiempo e intervenciones pasadas poco afortunadas ocultaban.
Partiendo del criterio de no recomponer o reconstruir partes desaparecidas han aplicando técnicas restauradores de saneado de la madera, limpieza, eliminación de repintados y barnices de intervenciones anteriores, ajuste de estructuras, fijación de la policromía original por medio de inyección de adhesivos. Todo ello ha dado como resultado recuperar  unas tallas deterioradas devolviéndole el mismo aspecto que tenían cuando salieron de las manos del artista.

El antes y el después de la restauración

La próxima obra a restaurar será la pila bautismal (s. XV), también procedente de la Iglesia de Renueva, recientemente reubicada en la nave lateral derecha de la Iglesia del Carmen.