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domingo, 24 de abril de 2016

BENAVENTE EN "LAS EDADES" -1-



El proyecto que iniciara José Velicias Berzosa (1932-1997) bajo el titulo Las Edades del Hombre ha tenido a lo largo de los años una proyección nacional e internacional, convirtiéndose en el mayor escaparate del patrimonio histórico-artístico de las diócesis de la Comunidad de Castilla y León.
La actividad de la Fundación no se limita solamente a esta manifestación anual, también realiza una gran labor cultural, social, de investigación, divulgativa y restauradora del patrimonio.
Las muestras, desde la primera en la Catedral de Valladolid en 1988, se han venido realizando en distintas ciudades tanto de España como del extranjero. La provincia de Zamora ha sido destino de este acontecimiento en dos ocasiones.



Logo de Las Edades del Hombre. Tomado de las pinturas de la ermita de San Baudilio de Berlanga (Soria). Triste ejemplo del expolio patrimonial de Castilla y León

El numeroso y rico patrimonio histórico-artístico de Benavente, y en concreto el de sus iglesias, monasterios e instituciones ha estado presente en varias de estas exposiciones. La mayor aportación hasta ahora realizada fue en Remembranza, denominación de la IX edición celebrada en 2001 en Zamora, rememorándose los 1.100 de la fundación de la diócesis en la persona de Atilano (año 901). En esta ocasión se fundió el arte religioso y el popular. Fueron sedes la catedral y la iglesia del Carmen de San Isidoro. Del patrimonio benaventano se seleccionaron las siguientes obras:
Imposición de la casulla a San Ildefonso.- Pintura al óleo sobre tabla, con unas dimensiones de 772x875 cm., de autor anónimo, del primer tercio del s. XVI. Forma parte de un retablo de dos pisos localizado en la nave norte de la iglesia de San Juan del Marcado.
El autor representa, en un interior, el momento en que la Virgen impone a Ildefonso, arrodillado  y con las manos juntas,  la casulla; la escena se completa con una virgen y un grupo de ángeles. 


Tabla de la imposición de la casulla a San Ildefonso en el retablo de San Juan del Marcado.
 

Custodia.- Trabajo realizado en plata repujada, cincelada y fundida por el orfebre local Juan de León en 1550 (s. XVII). Inventariada entre los bienes de la iglesia de Santa María de Azogue.
Tiene forma de templete de dos cuerpos, imitando formas arquitectónicas platerescas, asentados en una peana circular por medio de un astil. En el frente anterior y posterior del primero, bajo un arco de medio punto se aloja un viril sobredorado; en hornacinas laterales se reproducen los cuatro evangelistas. En las seis caras del segundo, de menor tamaño que el anterior, aparecen los relieves de San Pedro, Santiago, San Pablo, San Andrés, San Juan y Santo Tomas. En la parte superior un baldaquino circular con una campanilla, que es rematado por un Cristo crucificado. 
En la festividad del Corpus se realizaba una procesión como exaltación colectiva de la Eucaristía. Esta custodia se colocaba en unas andas de plata realizadas en Salamanca por el platero Juan de Figueroa en 1694, ha semejanza de otras realizadas por el mismo artista para las Colegiata de Toro, tomando como modelo las de la catedral charra. Estas andas, una vez adaptadas, son las que acogen a la Virgen de la Vega, patrona de la ciudad.
Cetro procesional.- Se trata de un cetro de plata, s. XVII, de los usados por los mayordomos de las cofradías, muy numerosas en la Villa en aquel entonces. En el interior del templete, en una medalla, aparece la imagen de San Nicolás.  Posiblemente obra del platero Domingo Rodríguez.
Perteneció a la desaparecida iglesia dedicada a este santo, sede de su cofradía. Al ser suprimida, por arreglo parroquial de 1892, ornamentos e imágenes pasaron a Santa María del Azogue.


Custodia y centro. Iglesia de Santa María de Azogue.


Virgen de Belén.- Óleo sobre lienzo realizado por el pintor italiano Jacopo Migliari en 1772 (s. XVIII). En el ángulo inferior izquierdo aparece el nombre del artista y la fecha.  Representación neoclásica de la Virgen con el Niño.
El cuadro fue donado por María Josefa Alfonso Pimentel, XV condesa- XII duquesa de Benavente (1750-1834), gran mecenas de la España ilustrada de su época, al Hospital de la Piedad fundado en el s. XVI por sus antepasados el V conde, Alfonso Pimentel y su esposa Ana Herrera.


Virgen de Belén. Hospital de la Piedad.

Muerte de San José.- Una de las escasas obras escultóricas que en el mundo existen sobre la muerte de José, esposo de María. Talla en madera de finales del s. XVII; pudo haber salido de un grupo de escultores vallisoletanos de finales del XVII – primeros del s. XVIII conocidos como “Los Ávila”.
Perteneció al Hospital de San José (Convalecientes), una de las muchas instituciones hospitalaria que tuvo la Villa, fundado de 1685. El tema de la obra, posiblemente donada, encajaba con los fines de la casa para la que fue creada. En el conjunto aparece San José, en el lecho, asistido por Jesús y María.
Cuando Convalecientes se funde con el Hospital de la Piedad en 1962 el grupo escultórico fue trasladado a capilla de este último.
La Fundación de las Edades realizó una laboriosa restauración antes de incluirla en la muestra.


Tránsito o Muerte de San José. Capilla Hospital de la Piedad.


Santa María del Azogue.- Representación en piedra caliza, con restos de policromía de María en Majestad. Obra anónima del primer tercio del s. XIII. La imagen aparece sentada de frente en un trono, sin expresión; con rasgos rígidos y solemnes. Sobre la rodilla izquierda, también de frente, tiene el Niño Dios con la bola del mundo en su mano izquierda. Presenta perdidas en algunas partes de su estructura.
Los historiadores, entre ellos Elena Hidalgo Muñoz, que ha realizado estudios sobre el templo, son de la idea de que esta imagen presidía el tímpano de la puerta Oeste, conocida como puerta de los Apóstoles, desaparecida en el s. XVIII. En la actualidad se localiza en un lateral del presbiterio de la iglesia de la que es titular.

Imagen pétrea de Santa María de Azogue.

Urnas.- Son dos escaparates o vitrinas de similar estructura, obra anónima de principios del s. XVIII, en cuyo interior se alojan escenas religiosas de pequeño tamaño.
Las urnas están realizadas en madera veteada con incrustaciones de concha, carey y algunos motivos dorados. Una de ellas contiene a María Magdalena sobre un lecho de rocas, sobre las piernas la calavera; dos pequeños ángeles completan la escena. En la otra aparece Cristo Yacente apoyado en altas almohadas; dos entristecidos ángeles, uno en la cabecera y otro a los pies, velan el cuerpo inerte. Pertenecieron a la iglesia de Santa María de Renueva, en la actualidad se localizan en la sacristía de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen.
Fuero restauradas en 1995 por La Escuela Superior de Restauración de Madrid.



Escaparates. Santa María del Carmen de Renueva.
 Portacirios. Iglesia de Santa María de Azogue.


Portacirios.- Pieza utilizada como sopote del cirio que se enciende en la Vigilia Pascual (la noche del Sábado Santo). Es símbolo de la Luz de Cristo resucitado.
Obra anónima de la segunda mitad del s. XVI, de 159 cm. de altura construido en madera de nogal.
El artista quiso darle una gran carga simbólica. Por el fuste trepa una enredadera y se enrosca una serpiente de cuerpo escamoso y cabeza de mujer con larga melena. El capitel guarda cierta semejanza con el orden compuesto de la arquitectura romana. El conjunto se remata con un cilindro metálico donde se encaja el cirio.

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