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martes, 31 de agosto de 2021

LA PRESA DE RICOBAYO


    Cuando finaliza este pandémico mes de agosto de 2021, en el que los medios de comunicación se han hecho eco del malestar de los zamoranos, especialmente de los pueblos afectados por el vaciado irresponsable del Embalse de Ricobayo, justificándose la empresa hidroeléctrica “por el bien social”, pero en beneficio propio; vamos a recordar detalles de aquella magna obra, el pueblo en el cual se realizaron la mayor parte de los trabajos y sus protagonistas.

    En la provincia de Zamora, entre los pueblos de Muelas del Pan y Ricobayo de Alba localizamos la Presa de Ricobayo, en el curso bajo del río Esla, a pocos km. de su desembocadura en el río Duero; construida en los arribes del Esla, en el paraje conocido como “Llamas Frías”, aprovechando un profundo cañón que el río ha cavado en milenios.

    En agosto de 1926 el gobierno aprobó la concesión definitiva del aprovechamiento hidroeléctrico del Duero a favor de la Sociedad Hispano Portuguesa de Transportes Eléctricos. Antes de los inicios de las obras tienen que superarse los intereses de compañías americanas e italianas, incluso la oposición de la vecina Portugal que en 1927 firmara el acuerdo Hispano-Luso sobre el aprovechamiento hidroeléctrico del río Duero.

    En mayo de 1929, dentro del programa hidroeléctrico promovido por la dictadura del general Primo de Rivera, la Sociedad Hispano Portuguesa de Transportes Eléctricos-Saltos del Duero, inicia la construcción de esta presa que había sido proyectada por el ingeniero de caminos D. José Orbegozo Gorostegui (San Sebastián 1870-Suiza 1939) y bajo la dirección de obra del ingeniero de caminos D. Ricardo Rubio Sacristán. Fue la más grande de Europa con un dique de 99 m de altura, embalso las aguas del río Esla en una superficie de 5.855 ha. llegando su cola a más de 50 km.  de distancia, hasta las proximidades del Puente Quintos en la comarca de Benavente

    Esta obra fue para el Sr. Orbegozo un gran reto al que dedicó su vida, junto con los ingenieros de Saltos del Duero que con su tenacidad superaron todo tipo de contratiempos, técnicos, políticos, sociales, económicos y los que la propia naturaleza puso, llegando el agua en alguna de las grandes avenidas a inundar la central.

    Las obras se realizaron por un sistema que llamaron administración con colaboración (descartando el concurso y la subasta) en el que los proyectos realizados por técnicos de Saltos del Duero eran analizados y discutidos por ambas partes y ejecutados por la empresa contratada bajo supervisión de Saltos del Duero, teniendo como criterio que las empresas fueran españolas, algo que molesto a los socios americanos. Las dos empresas que iniciaron los trabajos fueron: Sociedad General de Obras y Construcciones (Bilbao 1911) bajo la dirección del ingeniero de minas D. Vicente Morales; Puertos y Pantanos dirigida por D. Pío Ezcurra; estas sociedades estaban participadas por los bancos Bilbao y Guipuzcoano. Con el tiempo participarían en las obras otras grandes empresas como Agroman que realizó las obras del túnel aliviadero o Entrecanales y Távora (1.931).

    Para poder acometer este complejo trabajo en una zona sin recursos fue necesario prepara la zona y montar instalaciones que se asentaron en la margen izquierda (lado de Muelas del Pan).

    Lo primero en trazarse fue un enlace desde la carretera Zamora-Alcañices hasta la obra y otros caminos, su construcción fue complicada dado escarpado del terreno. Tres pasarelas de madera comunicaban ambas márgenes del río.

    Entre las instalaciones que se montaron tenemos: elevación de agua desde el río; central térmica para producir energía eléctrica; machacadoras; cribas para la arena que se extraía de unos arenales próximos, instalaciones de aire comprimido; plano inclinado por el que circulaban vagonetas para transportar los materiales desde lo alto a la orilla del río; polvorines; talleres de carpintería y mecánico; cables-grúa que cruzaban el cauce del río sobre el lugar donde se asentaba la presa y por los que se deslizaban cazos para el transporte de hormigón y materiales; planta para moler el Clinker (material que se obtiene al calcinar una mezcla de caliza y arcilla, es un componente básico en la fabricación de cemento); almacenes varios; administración y  un hospitalillo equipado con el personal y medios necesarios para atender cualquier accidente o disponer su traslado a Zamora. Como complemento a todas estas instalaciones se hizo necesario levantar un campamento destinado al albergue del personal técnico, administrativo y obrero.

    El transporte de piedra desde la cantera, situada 500 m. aguas abajo de la presa, hasta las machacadoras se realizaba por medio de trenes que circulaban por una vía de 1 m. de ancho. Cada convoy lo formaban 6 vagonetas metálicas de volquete lateral construidas por la Compañía Auxiliar de Ferrocarriles de Beasain (Guipuzcoa) que eran arrastradas por una locomotora diesel.

    Durante el primer año se acometieron los accesos, las líneas de comunicación, el campamento y obras destinadas propiamente a ejecutar la presa como era el desvío del cauce. Con la mayor celeridad posible era necesario desviar el curso del río para dejar seca la zona donde se pensaba levantar la presa; esto se hizo excavando dos túneles y levantando un dique de hormigón de 17 m. de altura y 60 m de largo que desviaba el agua hacia los túneles.

    Los túneles se perforaron en la margen izquierda y derecha, las excavaciones se comenzaron en julio y agosto de 1929 y se realizaron en un tiempo record pues el 22 de octubre entran en servicio; se excavaron 18.500 m3 empleándose 20.000 Kg. de dinamita; el desescombro se realizaba por medio de vagonetas tiradas por mulas.  

    Cuando la obra estaba prácticamente terminada (la presa se cerro en el verano de 1933) se produce un grave problema que ha hecho singular esta presa, la erosión del aliviadero en la zona de caída del agua, poniendo la magna obra es serio riesgo. El aliviadero se construyó, en su primer tramo, excavando en la margen izquierda un canal con base rocosa sin hormigonar de 110 m de ancho y una altura de desagüe en las compuertas de 8 m.  desembocando en una ladera de unos 60 m. de altura y a unos 800 m de la presa.

    Las grandes riadas de los años 1934 al 1936 provocaron un proceso erosivo en todo el plano vertical de la ladera donde desaguaba, retrocediendo 350 m. la desembocadura, profundizando el lecho del río y derrumbando los laterales. Todo esto produce una gran oquedad llamada “la cazuela” de 100 m. de ancho y 100m. de profundidad.  La gran cantidad de materiales acumulados en el lecho del río aguas abajo dificulta el desagüe de las turbinas, llegando algunos años a inundar la central

    Este contratiempo con el aliviadero hace que los técnicos de Saltos del Duero soliciten la opinión de Theodor Rehbock (Ámsterdam 1864 – Baden-Baden 1950) ingeniero alemán, especialista en hidráulica, profesor en la Universidad de Karlsruhe en cuyo laboratorio de hidráulica se realizaron ensayos.

    A partir del último derrumbe de 1936 se decide la construcción de unos túneles para dar salida a las aguas sobrantes y prolongar en el tiempo las obras de reparación. Los ingenieros de saltos del Duero bajo la dirección de D. Pedro Martínez Artola y asesorados por T. Rehbock proyectan un túnel en la margen izquierda con la embocadura próxima a las compuertas del aliviadero y salida aguas abajo a cierta distancia de los derrumbes. Las obras fueron dirigidas por D. Manuel Echanove y ejecutadas por la empresa Agroman.

    En 1943 se montó en el Poblado del Esla un Laboratorio de Hidráulica donde se reproducen a escala las presas para estudiar su comportamiento y dar solución a posibles dificultades. En una visita pudimos ver los efectos que la erosión del agua y los materiales arrastrados provocaban en “la cazuela”; esta abrasión fue corregida colocando en el punto de caída del aliviadero una especie de dientes que producen una pulverización del agua.

    La central, situada a pie de presa, se proyectó para turbinas de eje vertical, comenzando el suministro de energía en 1935 con tres grupos, años mas tarde entraría en funcionamiento un cuarto. En 1998 se terminaron las obras de ampliación (Ricobayo II) con un nuevo grupo alojado en una caverna excavada en el macizo granítico.

    En la actualidad en Ricobayo se localiza el Centro de Operaciones de la Cuenca del Duero desde donde se controla el funcionamiento de las centrales.

    Hace unos años el edificio que fue Hospedería se ha rehabilitado para Archivo Histórico de Iberdrola para conservar y difundir la documentación recopilada desde 1890.

    Los pequeños pueblos de la zona, desconocidos y olvidados en este rincón de la provincia, con una economía de subsistencia, se vieron invadidos por una oleada de personas de todos los puntos del país en busca de un jornal; las propias gentes de la zona abandonaron sus tareas agrícolas para reconvertirse en obreros en la construcción.

    Muelas del Pan por aquellos años era un pueblo de casas dispersas de planta baja construidas en piedra de mampostería  y sillares en ventanas y puertas, muchas con corral en su parte delantera, con tenada para el ganado; el centro de la vivienda era la cocina a oscuras (solo recibía la luz que entraba por la amplia chimenea), con lumbre de hogar; no tenia alumbrado ni saneamiento y al agua se tomaba de pequeños pozos en sus cortinas o de las fuentes de la Huerta,  Pilo Moro, del Ferradal o de Las Lineras. Contaba con iglesia con un amplio atrio cercado, médico, botica, escuelas públicas, dos molinos, herrero, panadero, dos tabernas, mesón, dos carpinteros, sastre, barbero, dos maestros albañiles.

    Sus gentes se dedicaban a trabajar la tierra, al cuidado del ganado y algunos vecinos se empleaban en la alfarería, actividad que desapareció al no encontrar relevo entre los del lugar, posiblemente por orientar sus vidas a las obras del salto y después a la emigración para buscar fuera lo que aquí no tenían.

En la actualidad es unos de los pueblos mas pujantes de la provincia contando con toda clase de servicios, instalaciones deportivas, culturales, modernas edificaciones y calles urbanizadas.

    Las obras se desarrollaron en distintos momentos de la política nacional (reinado de Alfonso XIII, Dictadura del general Primo de Rivera, II Republica y Dictadura del general Franco); las huelgas de 1934, 1936 o los despidos no crearon grandes conflictos laborales, pues la empresa procuró una política de entendimiento para atenuar las consecuencias de retrasos en la construcción, parones o averías. La convivencia de aquellas gentes se vio condicionada por los acontecimientos políticos, disputas, enfrentamientos, privaciones, abundancia y asesinatos; uno de los que más conmoción provocó en la zona fue el asesinato del matrimonio Santos-Cartón (cometido antes de iniciarse la obra) para robarles el dinero que habían recibido por la expropiación de sus tierras.

    Pero estas obras apenas sirvieron para cambiar a estos pueblos que no aprovecharon el paso del progreso; los beneficios sociales y económicos fueron efímeros; mientras el paisaje cambia por el avance de los trabajos, otras gentes ven como se pierde lo que era su vida, oficio, tierras, o aceñas y todo en favor la modernidad. Los pueblos ribereños perdieron sus tierras y patrimonio; quedaron cubiertos, total o parcialmente, pueblos como san Pedro de la Nave, La Publica, Palacios del Pan, Losacino, Vide de Alba o Montamarta.

    Bajo las aguas quedarían puentes como: el viejo de Ricobayo, obra de los romanos, situado a poca distancia aguas arriba de la presa. El Chiquito que había proyectado pocos años antes (1928) el ingeniero D. Antonio Díaz Burgos en la carretera Zamora-Carbajales, y que Saltos del Duero tuvo que sustituir por el estrecho Puente de Mazares que entraría en servicio en 1933 y que a su vez ha sido sustituido por un moderno viaducto en 2007. El primitivo Puente la Estrella de piedra, construido en el último tercio del XIX para dar servicio a la carretera Zamora-Puebla de Sanabria, fue necesario modificar el trazado de la carretera y construir el puente actual, y otros de menor entidad en el río Esla y en el río Aliste.

    Indultada de las aguas fue la iglesia visigoda de San Pedro de la Nave situada en la orilla izquierda del Esla. Había sido declarada Monumento nacional en 1912; por iniciativa de de D. Manuel Gómez Moreno, el entonces Ministerio Nacional de Instrucción Publica y Bellas Artes obligó a Saltos del Duero a que dicha iglesia fuera trasladada al actual emplazamiento, trabajo que se realizó entre los años 1930-1932 bajo la dirección del arquitecto D. Alejandro Ferrant Vázquez.

    Ayer con el llenado y hoy con el vaciado, los verdaderos paganos, fueron y son, los pueblos y sus vecinos que entonces perdieron sus tierras y propiedades a cambio de unas míseras pesetas en favor del progreso y la modernidad, y ahora pagan las consecuencias económicas, sociales y medioambientales causadas por una empresa movida por intereses particulares.

A quien corresponda le toca poner los medios para que la historia no se repita.


Cañón del rio Esla 1924, lugar donde se construiría la presa
1932 construcción de la presa
1932 Colocacion tuberías central 
1934 Vista general de las obras
1936 Aliviadero
Aliviadero visto desde la presa
Presa, aliviadero y poblado
Central, años 40
 
Aliviadero, salida de la cazuela 
Vista general reciente, desembalsando agua 
Desmontaje de la iglesia de San Pedro de la Nave en 1931
1934 Iglesia de San Pedro de la Nave en su actual emplazamiento
Puente de Ricobayo, años 20 (Memoria Gráfica de Zamora)
Puentes en Manzanal del Barco: Puente Chiquito (1929).
Puente Mazares (1933). Al fondo nuevo viaducto (2007)
(blog carbajalesdealba)
Puente de la Estrella construido en el siglo XIX, hoy bajo las aguas
Puente de la Estrella construido en los años 30

 
Fotos: Archivo Iberduero y viaje de Theodor Rehbock en 1934



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